H2-Industries ha desarrollado un proceso para crear grandes cantidades de hidrógeno bajo en carbono a partir de residuos, en su mayoría orgánicos, y a costes competitivos. Esta tecnología permite utilizar desde restos agrícolas o lodos de depuradora hasta plásticos para obtener el hidrógeno, que luego se transporta en forma líquida (LOHC, hidrógeno orgánico líquido) para su su uso. Por ejemplo, para alimentar camiones o como combustible de aviación. Además, el calor residual del proceso puede emplearse en cogeneración.
La Autoridad General de la Zona Económica del Canal de Suez (SC°Zone) ha concedido a H2-Industries la aprobación preliminar para el desarrollo de una central de hidrógeno LOHC de 1 GW en East Port-Said, que será la primera de este tipo en el mundo. La planta se alimentará con cuatro millones de toneladas de residuos orgánicos y plásticos no reciclables al año, asegurados en la entrada mediterránea del canal. El proyecto producirá 300.000 toneladas de hidrógeno bajo en carbono al año a la mitad del coste nivelado de las actuales tecnologías de producción de hidrógeno verde y por debajo, también, los niveles actuales de producción de hidrógeno gris.
El presidente ejecutivo de H2-Industries, Michael Stusch, ha declarado: "Se trata de una oportunidad apasionante que permitirá aprovechar las toneladas de residuos que se recogen en Egipto y convertirlas en hidrógeno limpio, ayudando no sólo a reducir las emisiones globales de CO2, sino también a reducir la contaminación y el deterioro de los recursos hídricos del país".
Además de esta tecnología, H2-Industries está comercializando otras basadas en el hidrógeno, que van desde la transformación de centrales eléctricas de carbón en centrales de hidrógeno verde, hasta el empleo del gas en la producción de acero, cemento y vidrio, evitando que emitan CO2.